En primer lugar cortaremos rodajas finitas de bizcocho. En mi caso puse magdalenas.

Acoplar esos lo mejor posible la base del molde, intentaremos que no queden huecos.

Ahora pondremos con ayuda de una cuchara un poco de leche para que el bizcocho se quede mojado pero no quede bañado ya que sino al cortarlo nos chorreará.

Un vez preparada la base pondremos en un cazo a calentar la nata con el azúcar y remover esos bien con el fin de disolver el azúcar.

Una vez disuelta añadiremos la gelatina, que previamente habremos puesto a hidratar con agua fría.

Ya disuelta añadiremos el queso y lo iremos disolviendo con ayuda de unas varillas manuales a fuego medio, recordad que la leche nunca tiene que llegar a hervir.

Una vez bien ligado todo iremos distribuyendo la mezcla en los recipientes elegidos, dejar enfriar y meter a la nevera un mínimo de 3 horas y....¡¡ A disfrutar !!