Baba de camelo

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Santiago de Compostela

Para mí, tras los pastéis de Belem y la mousse de chocolate, es el tercer dulce típico portugués que más me engancha.

Lo cierto es que no está disponible en todos los restaurantes, y que hay que tener cuidado donde se come, pues está hecho con huevo crudo, pero si tienes localizado un sitio de confianza o, aún mejor, si lo haces tu en casa, te puedes quedar peligrosamente enganchado a este gran invento portugués.

El nombre mucho no acompaña, ya lo sé. De hecho es de los productos de las cartas portuguesas que menos deben pedir comensales extranjeros, pero una vez localizado, no lo sueltes.

Eso sí, es para los muy golosos, pues tiene un alto contenido de azúcar y de calorías.

Baba de camelo

Para mí, tras los pastéis de Belem y la mousse de chocolate, es el tercer dulce típico portugués que más me engancha.

Lo cierto es que no está disponible en todos los restaurantes, y que hay que tener cuidado donde se come, pues está hecho con huevo crudo, pero si tienes localizado un sitio de confianza o, aún mejor, si lo haces tu en casa, te puedes quedar peligrosamente enganchado a este gran invento portugués.

El nombre mucho no acompaña, ya lo sé. De hecho es de los productos de las cartas portuguesas que menos deben pedir comensales extranjeros, pero una vez localizado, no lo sueltes.

Eso sí, es para los muy golosos, pues tiene un alto contenido de azúcar y de calorías.

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Ingredientes

  1. 1 lataleche condensada (740 Gr)
  2. 6huevos
  3. 1 pellizcosal

Paso a paso

  1. 1

    Ponemos la lata sin abrir en una olla express. Cubrimos de agua el bote y cerramos.

    Dejaremos que cueza durante 45 minutos.

    Una vez fría, abrimos la olla y retiramos la lata.

    Para hacer esto es mejor cocer la lata un día y, al día siguiente, acabar de hacer la receta.

  2. 2

    Retiramos la leche condensada cocida y la ponemos en un bol. Batimos con una batidora de varillas hasta que se haga algo de espuma.

  3. 3

    Separamos las yemas de las claras.

    Agregamos las yemas a la leche condensada cocida y batimos de nuevo, hasta que queden totalmente integradas.

  4. 4

    En otro bol, con un pellizco de sal, batimos las claras hasta el punto de nieve, lo que viene siendo, que, una vez que le demos la vuelta, no caigan las claras.

  5. 5

    Finalmente mezclamos las dos preparaciones con movimientos envolventes para evitar que se baje el punto de nieve.

    Metemos en la nevera un mínimo de tres horas, para que enfríe bien y servimos.

    Se puede espolvorear un poco de almendra picada por encima.

    Bom proveito

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Caricatura gris dibujada a mano de una cámara y una sartén con estrellas saliendo de la sartén
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Antes de nada os presento mi blog: http://www.lacocinademinia.es/Con esta página no pretendo sumar otra más al amplio mundo de páginas de recetas, sino que quiero ir algo más allá, a través de recuerdos, de reflexiones, trucos, consejos, gustos, etc. Al fin y al cabo, el momento de la cocina es un momento para estar con uno mismo y da lugar a pensar en infinidad de cosas.Mucha de la gente que ha pasado por mi mesa a comer me ha comentado la idea de abrir un restaurante…¡¡¡¡noooo!!! ¡Qué forma de odiar la cocina!. Al igual que me han insinuado que me presente a un concurso de cocina. Al próximo que me diga que me pesente a un concurso de cocina lo mando al Gran Hermano.Sí que es cierto que tengo dos estados diferentes en la cocina: disfrutándola- normalmente fines de semana y cuando viene gente a comer a casa-, y odiándola- cuando tengo que pensar TOOOODOS los días el menú del día siguiente-.Y cuando digo pensar, no sólo es pensar en lo que hacer de comer, sino repasar mentalmente los ingredientes que tengo en el congelador, en la nevera, en la despensa, los que tendría que comprar en caso necesario, en qué momento puedo ir a comprar, si antes o después de recoger a los niños en el cole, o entre que van a una clase o a otra,… ¡¡Lo odio!! Pero no por ello odio cocinar.Empecé este proyecto como terapia y porque, como dice mi madre, soy un “culo inquieto”. Siempre tengo que tener algo en mente y si supone un reto para mí, mejor. Como terapia, me ha servido, y con creces. Estoy teniendo mejor acogida de lo que esperaba y además, tengo a la familia encantada. Todos los días comen algo diferente. No os creáis que las fotos me las saco de internet, no. Las fotos son hechas por mí de platos cocinados por mí, lo cual me obliga a cocinar variado, aunque bien es cierto que no es muy diferente de lo que cocinaba anteriormente.
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