En recipientes diferentes pondremos los chocolates y los fundiremos al baño María.

Mientras se funden los chocolates preparamos un papel vegetal sobre la mesa y tener a mano una rasqueta para alisar el chocolate.

Verter el chocolate negro sobre el papel vegetal y alisar con la rasqueta hasta obtener una plancha fina de unos 3 mm.

Antes que llegue a cristalizar lo dividiremos en planchas pequeñas de 3 cm de ancho por 10 cm de largo con ayuda de un cortapizzas. Dejamos que cristalice bien y después podremos romper fácilmente. Podemos conservar en un tuppers hasta su utilización.

Trituramos las galletas hasta hacerlas polvo, esto nos ayudará para luego integrarlas fácilmente. En una olla pondremos la nata, el azúcar y la yema de huevo. Comenzamos a calentar mientras movemos con una varilla. Muy importante no sobrepasar los 85 grados, con ayuda de un termómetro controlamos la temperatura y cuando alcance los 84 grados retiramos del fuego para asegurar.