Aunque vamos a cocer un kilo de pulpitos, solo vamos a usar uno de los más grandes para hacer esta receta.
En primer lugar, ponemos una olla a presión en fuego, con los dos litros ochocientos ml, de agua, la cucharada sopera de sal en roca Y dejamos cocer hasta que hierva.
Mientras tanto, limpiamos los pulpitos quitándole los intestinos y los enjuagamos bien y dejamos escurrir en un plató.

Una vez que haya hirviendo el agua, vamos añadiendo los pulpitos uno a uno con un intervalo de tiempo de quince segundos entre pulpo y pulpo. A continuación, cuando vuelva a hervir el agua de nuevo, cerramos la olla y dejamos cocer durante treinta minutos. Pasados los treinta minutos, descompresamos la la olla, la abrimos y retiramos los pulpos y dejamos tibiar.

Una vez tibios los pulpos, cogemos uno y el resto lo guardamos en el frigorífico tapados con film para hacer otra receta.

A continuación, cogemos el pulpo, lo limpiamos un poco, lo cortamos en trozos muy pequeños y los ponemos en un recipiente.

Seguidamente, lo espolvoreamos con el cuarto de la cucharilla de pimentón dulce y le añadimos tres cucharadas soperas de las quince de aceite de oliva virgen extra y mezclamos suavemente y reservamos en el frigorífico.

Seguidamente, cogemos una cuchara y mezclamos bien para que se mezcle todo lo que le hemos puesto en el bol.
A continuación, le añadimos las doce cucharadas soperas de aceite de oliva restantes, las cuatro de vinagre, sal fina Marina con generosidad y el medio vaso de agua muy fría y mezclamos bien de nuevo.

A continuación, cogemos el corazón de lechuga romana, lo picamos lo más fino posible y se lo añadimos al bol. Cogemos la cuchara y volvemos a mezclar de nuevo suavemente.
Por último, le añadimos los pulpitos troceamos y ya aliñamos y de lo añadimos al bol. Mezclamos bien de nuevo y listo para servir..