Aquí tengo una rodaja de bonito a la que le vamos a quitar las espinas y las añadimos a un cazo para hacer un caldo. Si tiene alguna parte un poco oscuras también se las quitamos. Y le quitamos también la piel, que la añadiremos al cazo para hacer el caldo. Cubrimos de agua las espinas y las pieles del bonito, le ponemos una pizca de sal y a fuego medio dejamos que se vaya haciendo el caldo durante unos 10 o 15 minutos. Si veis que le sale espuma al caldo, se la retiramos con una espumadera.

Una vez hecho el caldo, calentamos un chorrito de aceite en una cazuela. Mientras se calienta el aceite, vamos a cortar un diente de ajo en rodajas y lo añadimos a la cazuela. Y a fuego medio dejaremos que se vaya dorando.

Mientras se dora el ajo, vamos a trocear grosso modo media cebolla y la añadimos a la cazuela, le ponemos una pizca de sal y a fuego medio dejamos que se vaya pochando.

Cuando ya tenemos la cebolla pochada, añadimos una cucharada de harina, cocinamos la harina durante un minuto más o menos. Después, añadimos un bote de pimientos del piquillo, le damos unas vueltitas y añadimos el caldo que habíamos hecho anteriormente. Le ponemos un colador para que no caiga ninguna espina a la cazuela. Le ponemos una pizca de sal, le damos unas vueltas y dejamos que se cocine a fuego medio durante unos 15 o 20 minutos.

Después, añadimos el contenido de la cazuela a un vaso batidor y procedemos a triturarlo. Una vez triturada la salsa la añadimos a la misma cazuela, rebañamos bien el vaso batidor para no desperdiciar nada. Ahora añadimos un chorrito de nata líquida y mezclamos para que se integre bien la nata.

Le ponemos una pizca de sal al bonito por las dos caras y lo añadimos a la cazuela. Y a fuego medio dejaremos que se cocinen durante un minuto y medio o dos minutos por cada lado. Y ya tendríamos listo este delicioso plato.