Tarta de Navidad mousse de café

Empezamos preparando la plancha para la tarta. Para ello precalentamos el horno a 165ºC

Batimos en la batidora lo huevos y el azúcar hasta obtener una mezcla blanquecina y que haya doblado de volumen.

Agregamos la harina, el cacao, la harina de maíz y polvo para hornear que habremos tamizado todo junto, a la mezcla e integramos con un espátula para evitar que pierda el aireado.

Seguidamente y muy suavemente, vamos integrando la mantequilla derretida. Mezclamos bien hasta obtener una mezcla homogénea y del mismo color

Disponemos la masa en la clásica bandeja de horno que habremos forrado con papel sulfurizado. Vamos a extenderla de forma uniforme.

Horneamos por unos 16 minutos y después de retirarla del horno, dejaremos enfriar completamente encima de una rejilla.

Mientras se enfría la plancha de bizcocho preparamos la mousse de café. Para ello pondremos a hidratar la gelatina en el agua fría.

Mientras, preparamos el café bien cargado. Puedes utilizar café soluble. Queda igual de rico. Solo tienes que utilizar una buena cantidad.

Ya la gelatina estará bien hidratada. Vamos a pasarla unos segundos por el microondas y la añadimos al café bien caliente. Removemos para que se integre bien. Reservamos.

Vertemos la nata fría en un bol y la montamos en un robot o con varillas eléctricas, solo hasta que esté semimontada, debe estar fluida

Mientras la nata va montando, en otro bol ponemos el queso mascarpone al que añadiremos el azúcar glas y el café caliente. Mezclamos completamente y dejamos que temple un poco. NO dejamos que se enfríe ya que comenzará a gelificarse

Cuando ya esté la nata semimontada y sin dejar de batir, vamos añadiendo la mezcla anterior de queso y café. Verás que la mezcla empieza a espesar porqué la nata está muy fría pero tiene que quedar esponjosa.

Preparamos ya el molde. Cortamos con la ayuda del plato de molde (vamos a utilizar en lo posible, uno desmoldable) un aro de plancha de bizcocho que utilizaremos a modo de base para la tarta. Forramos también los laterales con acetato ya que esto va a ayudarnos en el proceso del desmoldado.

Vertemos ya la crema en el molde, introduciendo la espátula en ella si está muy densa, para asegurarnos de que llega a todos los rincones y no queda aire. Si os fijáis, esto es lo que me paso a mí pero para nada dejamos de disfrutarla.

Alisamos la superficie con la espátula o con una rasqueta y golpeamos el molde sobre la mesa para ayudar a que se asiente la mousse.
La llevamos a la nevera toda una noche, porque la capa de mousse es gruesa. Cuando esté sólida la metemos una hora en el congelador para poder quitar la banda de acetato perfectamente.
Desmoldamos empujando la base

La llevamos a la nevera toda una noche, porque la capa de mousse es gruesa. Cuando esté sólida la metemos una hora en el congelador para poder quitar la banda de acetato perfectamente.
Desmoldamos empujando la base

Ya solo queda adornarla a tu gusto y lista. Disfrútala un montón