Preparamos el almíbar para bañar el bizcocho. En una olla ponemos el agua, el azúcar, el anís, la esencia de chocolate (yo la pedí por Internet) y el cacao en polvo. Si no conseguís la esencia de chocolate añadid dos cucharadas de cacao. La idea es que el almíbar sepa y huela a chocolate. También podéis preparar un almíbar normal, pero en ese caso es mejor usar bizcocho de chocolate

Montamos el bizcocho en un plato para tartas y le ponemos el aro de un molde desmontable. Pinchamos el bizcocho y lo mojamos bien con el almíbar. Reservamos lo que nos sobre.

Hidratamos la gelatina en agua fría con un poco de almíbar. Esto dejará en la mousse el sabor del almíbar.

Montamos la nata con 25 gr de azúcar. Es mejor que quede lo más firme posible. La dejamos en la nevera.

Separamos la clara de la yema y reservamos la clara. En un cazo ponemos la yema, 25 gr de azúcar, la leche y el turrón desmenuzado. Cuanto menos grumos tenga mejor.

Calentamos hasta que la mezcla esté totalmente integrada. Añadimos la gelatina y mezclamos hasta que se disuelva por completo. Pasamos por un colador y reservamos.

Montamos la clara a punto de nieve con un pellizco de sal. Mezclamos con la nata con movimientos envolventes. Reservamos en la nevera.

Cuando la mezcla de turrón esté casi fría, la añadimos a la nata poco a poco, mezclando muy despacio.

Añadimos la mousse a la base de la tarta y dejamos reposar en la nevera media hora, lo bastante como para que empiece a estar firme

Derretimos el chocolate en una olla con una cucharada sopera de almíbar. Aparte ponemos nata a hervir

Cuando el chocolate esté derretido añadimos la nata, mezclamos bien y añadimos la mantequilla. Nos quedará una cobertura cremosa.

Esperamos a que se enfríe un poco la cobertura y la estiramos encima de la mousse. Dejamos reposar unas cuatro horas como mínimo antes de degustar esta delicia