Solomillo ibérico con salsa de cerezas y romero

Precalentar el horno a 180 ºC. Lavar el romero y deshojar la parte más dura de las ramas para hacer las brochetas con ellas, reservar las hojas sueltas para la salsa. Cortar 8 rodajas de calabacín y guardar el que sobre también para la salsa. Ensartar en las brochetas los champiñones, el calabacín y los pimientos del Padrón, si las ramas no son muy firmes, podemos ayudarnos pinchando primero las verduras con un palillo. Reservar las brochetas.

Colar las cerezas y guardar el almíbar. En el vaso de la batidora, procesar el calabacín que ha sobrado de las brochetas, tres dientes de ajo, las cerezas, las hojas de romero y la mitad del almíbar con un poco de sal; reservar una cucharada de hojas y unas cuantas cerezas.

Poner la salsa en un cazo a fuego vivo, cuando deje de formar espuma, bajar el fuego y añadir un chupito de Miura y medio de Amaretto, mover bien y dejar un par de minutos a fuego lento.

Salpimentar los solomillos y empaparlos con la mitad de la salsa. Hornearlos entre 30 y 40 minutos, dependiendo del tamaño que tengan y del punto de cocción que os guste, los de la foto estuvieron 35 minutos en el horno. Transcurridos los primeros 15 minutos, darles la vuelta.

Poner de nuevo el cazo de la salsa a fuego medio, añadir el resto de almíbar y dejar reducir.

Mientras tanto, hervir las patatas en agua con sal hasta que al pincharlas estén blanditas.

Cinco minutos antes de retirar los solomillos del horno, regar la carne con un chorrito de aceite y añadir las cerezas y las hojas de romero restantes. Cocinar las brochetas en una parrilla y hacer el puré de patatas.

Dejar los solomillos reposando cinco minutos sobre una tabla antes de cortarlos. Servir con el puré de patatas, la salsa reducida y las brochetas.