(τ) —Diario de mi Yorky—
Estimado abogado especializado en derechos caninos:
Me llamo Reyes, aunque también atiendo por: Titi —que quede claro—. Lo de Gordita fue una,
digamos: ocurrencia, de mi madre, que se cree muy original, con eso de inventarse apodos en función de las características fisicas de los demás.
Mi marido, Giuseppe, dice que es muy buenecita y a que a ella nunca se la podría acusar de bullying. ¡Mentira cochina! Yo la acuso. Yo sí. Se aprovecha de que no sé hablar porque, como me pusiera a inventar motes basándome en sus características físicas, no iba salir nada bien parada.
Vale, peso casi cuatro kilos. Esto no lo vamos negar. Sí, estoy fuertecita, pero soy el objeto de deseo de mi marido y la envidia de las yorkies con los que me cruzo. No es una cuestión de sobrepeso. Lo que estoy, es hermosa y no entiendo cómo con los cachorros humanos hay tanto interés en que cojan peso. Bullying y racismo.
Ya puede usted agregar otra acusación a la denuncia.
Ella, en su ignorancia (o total hipocresía) dice que es un apodo cariñoso, que me lo dice con todo el amor que me profesa. ¿Qué amor?
Bullying, racismo y crueldad in extremis (usted póngalo así en latín, que da mucho empaque).
Por todo lo anteriormente expuesto, reivindico mi derecho a ser tratada por mi nombre de pila y, como compensación por los daños sufridos, exijo suministro ilimitado de comida.
Esperando su pronta y favorable respuesta, me despido.

#DelantalGlobal2024 + #calendario2025
#MyLittleYorkysTale