Antes de empezar con nuestra receta, prepararemos nuestra crema agria, la cual taparemos y dejaremos macerar en la nevera mientras hacemos todo lo demás.

Comenzamos cociendo las patatas sin pelar en abundante agua con sal, las pinchamos un poco con ayuda de un tenedor o cuchillo y las dejamos cocer hasta que estén tiernas.

Cuando las patatas estén listas, las sacamos y dejamos enfriar.

En una sartén honda, añadimos un chorrito de aceite, y añadimos la cebolla y zanahoria previamente picada, la pochamos un poco a fuego medio, después añadimos el vino blanco.

Pelamos y troceamos los tomates, seguido los incorporamos a la sartén y cocinaremos hasta que estos estén blandos, los cuales iremos machacando con ayuda de la cuchara de palo.

Una vez esté la verdura lista, añadimos todas las especias, la sal y el endulzante, en este caso eritritol.

Incorporamos la carne picada e iremos desmenuzándola con ayuda de la cuchara de palo.
Corregimos el punto de sal y reservamos una vez lista.

Cortamos en horizontal las patatas y las vamos colocando en una bandeja de horno.

Con ayuda de una cuchara, vaciaremos un poco el corazón de la patata, esto lo añadiremos a la mezcla de carne y lo desmenuzaremos con ayuda de un tenedor.

Comenzamos a rellenar cada trozo de patata y colocaremos el queso rallado por encima, podemos decorar con un poco de hierbas provenzales.

Precalentamos el horno con el modo gratinar y una vez listo las metemos a 200° C durante 5 - 7 minutos, dependiendo de la potencia de cada horno.

Una vez terminado, servimos y vertemos un poco de la salsa agria por encima.

Ya podemos disfrutar de nuestro plato.