Antes que nada pondremos las pasas de uva a macerar con el whisky o si tiene ron mejor. Pelamos las peras y las cortamos en cubitos pequeños. En una sartén ponemos la manteca y dejamos que se derrita.

Ponemos la peras, le exprimimos el jugo del medio limón, añadimos el azúcar y mezclamos.

Cocinamos a fuego medio, removiendo un poco cada tanto y además moviendo la sartén para no desarmar las peras. Cuando larga bastante líquido lo dejamos evaporar del todo y lo pasamos a un bol para dejar enfriar bien.

Ya frío añadimos la vainilla, las nueces picadas, las pasas de uvas maceradas, el pan rallado y los chips de chocolate. Mezclamos todo.

Ya tendremos nuestra masa bien estirada y pincelada con la manteca, que debemos dejar un poco para luego pintarlo por encima. Ponemos el relleno sobre un borde y con el paño nos ayudaremos a hacer un rollo e ir girándolo.

Hasta cerrarlo casi todo. Sobre el último borde pincelamos con manteca nuevamente y cerramos ayudándonos también con el paño. Le cerramos las puntas como si fuera un papel de caramelo.

Cortamos la punta que sobra y presionamos para que quede bien sellado.

Lo pasamos con el paño a una asadera con papel de cocina y lo acomodamos con el borde hacia abajo. Con un cuchillo le haremos cortes para que en el horno salga el vapor y no se rompa. Luego pincelamos encima con manteca.

Llevamos a horno precalentado y cocinamos a 190 grados por 35 a 45 minutos o hasta que esté dorado y crocante. Lo pasamos a una rejilla para enfriar.

Lo espolvoreamos con azúcar impalpable y cortamos para disfrutar!