Primeramente pondremos agua a calentar para que vaya cogiendo temperatura.

Cortamos con ayuda de unas tijeras la corteza dura de nuestra panceta y seguidamente en taquitos pequeños ayudándonos de un buen cuchillo. Reservamos.

Ya el agua de nuestra olla estará hirviendo. Salamos y vamos metiendo en ella, nuestro brocolí. Cuidado con la salpicadura. Dejamos cocer.

En una sartén ponemos un chorro de aceite y cuando esté caliente, doramos nuestra panceta. Salamos un poquitín.

Cuando coja color añadimos la albahaca cortada a grosso modo, rehogamos para integrarla y agregamos una cucharada de tomate frito. Mezclamos bien y dejamos reposando.

Preparamos nuestra bechamel. En un cazo ponemos el vaso de leche, la nuez de mantequilla, la pizca de sal, la media cucharadita de nuez moscada y la fécula de maíz.

Dejamos que vaya cogiendo cuerpo sin dejar de remover. Si os queda muy líquida, añadidle un poco más de fécula y si por el contrario os queda muy espesa, añadidle un poquitín más de leche. A vuestro gusto. Rectificamos de sal si fuere necesario y reservamos.

Hora de precalentar el horno. 200º con calor arriba y abajo o con la función gratinar.

Ya tendremos nuestro brócoli listo. Como no quiero que se rompa, lo retiro de la olla con ayuda de una espumadera.

Cubrimos el fondo de una bandeja apta para el horno con una capa de bechamel

Justo encima colocamos las flores de brócoli repartidas por toda la bandeja.

La panceta repartida también por toda la superficie y cubrimos completamente con la bechamel sobrante.

Queso rallado por encima (en casa optamos por la mezcla de 4 quesos y un poco de mozzarella) y al horno. 8 – 10 minutos y ya estará listo. ¡Buen provecho!