Tiramisú clásico

Empezamos la receta pasteurizando las yemas (si no las hemos comprado pasteurizadas), y para ello, vamos a poner en un cazo a fuego medio el azúcar junto con el agua y vamos a hacer un almíbar.

El almíbar debe de llegar a 121ºC. Es aconsejable que tengáis un termómetro a mano.

Mientras se hace nuestro almíbar vamos a poner las yemas en un cuenco y con ayuda de una batidora de varillas vamos a batirlas un poco.

Seguidamente, cuando tengamos el almíbar a 121ºC., con cuidado de no quemarnos, vamos a ir añadiéndolo a las yemas sin dejar de batir hasta que las yemas se enfríen y tengan una textura espumosa.

Este paso es un poco complicado, ya que al añadir el almíbar a las yemas batidas, se puede caramelizar un poco si no batimos lo suficientemente rápido.

Ahora ya tenemos nuestras yemas pasteurizadas, así que vamos a añadir el queso mascarpone a las yemas y con unas varillas manuales vamos a mezclarlo hasta que nos quede una crema fina y sin grumos.

A continuación, vamos a ir añadiendo la nata montada a la crema que acabábamos de preparar y mezclaremos con movimientos de arriba hacia abajo y cuando la tengamos lista, la dejamos enfriar en la nevera.

Y ahora vamos a montar el tiramisú.
Así que cogemos, por un lado el recipiente en el que vayamos a hacer nuestro tiramisú y por otro el café, el amaretto y los bizcochitos savoiardi.

Lo primero que vamos a hacer es añadir el amaretto al café. Añadiremos tanto como sabor queramos conseguir. Aunque este paso es opcional. Yo os recomiendo ir probando el café con amaretto hasta que tengáis el toque que os guste. OJO, si lleva amaretto NO ES APTO PARA NIÑOS.

A continuación, sumergimos los savoiardis en el café muy frío y cuando empiecen a ablandarse, los vamos poniendo en recipiente que teníamos a un lado.

Sobre los bizcochitos, vamos a añadir una capa generosa de la crema que teníamos en la nevera y con ayuda de una espátula, la esparcimos hasta que no se vean los savoiardis.

Seguidamente, sobre esta capa, con ayuda de un colador, vamos a poner una capa gruesa de cacao en polvo amargo.

Ahora volvemos a hacer otra capa con savoiardis humedecidos con café, una capa de crema mascarpone, una capa de cacao…y si hasta llegar al borde de nuestro recipiente.

Para finalizar, solo nos queda adornarlo al gusto con cacao en polvo.