En primer lugar preparamos un molde redondo desmontable de unos 20 cm de diámetro. Lo forraremos con papel de hornear, tanto las base como las paredes.

Para preparar la base de galletas, debemos triturarlas o bien con un robot, si disponéis de uno, o bien metiendo las galletas en una bolsa y golpeándolas, por ejemplo, con el rodillo de cocina, hasta conseguir triturarlas. Calentamos la mantequilla 30 segundos al microondas o hasta ver que se haya derretido. En un bol, mezclamos las galletas trituradas con la mantequilla derretida y mezclamos hasta con seguir que se vea una mezcla arenosa.

Pasamos la mezcla de galletas al molde que habíamos preparado y,con el culo de un vaso, las vamos repartiendo por toda la base, a la vez que presionamos para que quede una base compacta. Dejamos el molde en la nevera mientras preparamos la mezcla para la tarta de queso.

Si vais a utilizar queso Camembert, en primer lugar debemos quitarle toda la corteza muy bien, ya que de lo contrario se formarían grumos en la masa. Con tranquilidad, y aprovechando el máximo de Camembert posible. Lo pasamos a un bol, junto con el queso mascarpone o Philadelphia (según elijas para la receta).

Precalentar el horno a 170ºC con calor de arriba y abajo.

Calentamos la leche y la nata en un cazo, no debe llegar a hervir. Añadimos los dos quesos y mezclamos suavemente hasta que se hayan incorporado y no se vean grumos. Apartamos del calor y dejamos atemperar un poco.

En otro bol mezclamos los huevos, la yema, el azucar la esencia de vainilla y la maicena y mezclamos hasta que todo esté bien integrado y no se vean grumos. Incorporamos la mezcla de quesos, leche y nata y mezclamos bien.

Sacamos de la nevera el molde con la base de galleta y vertemos la mezcla de tarta de queso.

Horneamos aproximadamente 35 minutos. Verás que se habrá dorado por la superficie. Pasado este tiempo apagamos el horno y dejamos la tarta dentro otros 30 minutos.

Sacamos y, sin desmoldar, la dejamos enfriar por completo sobre una rejilla. Una vez fría lo ideal es llevarla a la nevera unas horas o, mejor aún, de un día para otro.

Sólo nos falta preparar el coulis. Para ello ponemos la frutas en un cazo junto con el azúcar y el zumo de limón. Llevamos a ebullición a fuego medio, alto sin dejar de remover. Cocinamos 5-7 minutos y retiramos del calor. Pasamos por la batidora para triturar bien y que quede fino. A mi no me gusta encontrar semillas, por lo que lo paso por un colador una vez triturado, pero eso a vuestro gusto. Dejamos enfriar a temperatura ambiente y reservamos en la nevera hasta el momento de servir.

Servir las porciones de tarta acompañadas de una buena cucharada de coulis. Y si os sobra, mezclado con yogur está.... mmmmm delicious!