Tarta de Filipinos

Ptega
Ptega @ptega
Santander

En casa no somos muy de roscón de Reyes, así que para celebrar la víspera de un día mágico y lleno de ilusión, tanto para los peques como para los no tan peques, preparé esta tarta. Si eres adicto a esos aros de galleta bañados en chocolate, esta receta es perfecta para ti.

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Ingredientes

10 raciones
  1. Base:
  2. 100 ggalletas María
  3. 1 paquetefilipinos de chocolate con leche
  4. 90 gmantequilla + un poquito para engrasar
  5. Capa de chocolate con leche:
  6. 200 gchocolate con leche
  7. 200 mlnata líquida para montar
  8. 1 sobrecuajada
  9. 200 mlleche entera
  10. Capa de chocolate blanco:
  11. 400 gchocolate blanco
  12. 300 mlnata líquida para montar
  13. 1 sobrecuajada
  14. 200 mlleche entera
  15. 2 paquetesfilipinos blancos
  16. Decoración:
  17. 1/2 paquetefilipinos blancos
  18. 1/2 paquetefilipinos con leche
  19. Sirope de chocolate Milka

Paso a paso

  1. 1

    Agrupamos todos los ingredientes. Los de la decoración no aparecen, porque yo opté por esa, pero podéis decorarla como os guste. Forramos la base del molde con papel sulfurizado y engrasamos el molde con mantequilla.

  2. 2

    Trituramos en la picadora las galletas María y los filipinos de chocolate con leche, echamos en un bol y le agregamos la mantequilla derretida (con 30-40 segundos en el microondas es suficiente) y mezclamos bien, hasta obtener una especie de arena mojada.

  3. 3

    Echamos la mezcla de galletas y mantequilla en el molde y con ayuda de una espátula vamos aplanando hasta cubrir toda la base del molde. Llevamos al frigorífico unos 30 minutos.

  4. 4

    Vamos con la capa de chocolate con leche, para ella picamos el chocolate y disolvemos el sobre de cuajada en los 200 ml de leche.

  5. 5

    Ponemos en un cazo la nata líquida para montar y calentamos a fuego medio-alto unos 5 minutos sin dejar de remover. Añadimos el chocolate con leche y cocinamos hasta que se haya derretido. Incorporamos el vaso de leche con el sobre de cuajada disuelto y cocinamos unos 5 minutos sin dejar de remover.

  6. 6

    Sacamos el molde del frigorífico y vertemos el contenido del cazo. Dejamos templar y llevamos al frigorífico 30 minutos.

  7. 7

    Picamos con un cuchillo los dos paquetes de filipinos blancos y troceamos el chocolate blanco. Diluimos el sobre de cuajada en los 200 ml de leche.

  8. 8

    Ponemos un cazo al fuego con la nata líquida y cocinamos a fuego medio-alto unos minutos, hasta que coja temperatura. Añadimos el chocolate blanco y cocinamos hasta que se deshaga. Incorporamos el vaso con la leche y la cuajada y cocinamos 5 minutos sin dejar de remover.

  9. 9

    Retiramos el cazo del fuego, agregamos los filipinos blancos troceados y mezclamos bien para que se integre todo. Sacamos el molde de la nevera y vertemos el contenido del cazo sobre la capa de chocolate con leche. Dejamos templar y llevamos al frigorífico toda la noche.

  10. 10

    Al día siguiente, desmoldamos con mucho cuidado, es bastante cremosa la tarta, y una vez retirado el molde es conveniente igualar los lados con una espátula. Decoramos al gusto, yo fui alternando un filipino blanco con uno con leche e hice garabatos con el sirope de chocolate Milka. Espero que os guste!!

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Escrita por

Ptega
Ptega @ptega
Santander
He de confesar, que nunca me había gustado la cocina, es más de chiquitilla solía huir de ella y casi lloraba cuando los Reyes me traían una cocinita. Es más hasta que me casé sólo entraba en la cocina por necesidad, por pura subsistencia, había que comer y de platos precocinados y carnes o pescados a la plancha no pasaba.Tras casarme, empecé a curiosear por Internet y a intentar elaborar las recetas que encontraba, a veces con más acierto y otras con menos y en ese tiempo descubrí que la cocina me relaja, que me gusta probar cosas nuevas, aunque a veces con las prisas acabamos con el sota, caballo y rey.Ahora os cuento un poquito de mi, soy, como dice una amiga, una viejoven. Me gusta pasar el tiempo con la gente que quiero, ansío cada año que llegue el 15 de mayo para volver al pueblo de mi infancia y reencontrarme con esos amigos que no necesitas ver a menudo para saber que han sido, son y serán las personas que con un gesto borran todas las tristezas.
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