Cortamos la carne de cordero en trozos pequeños, los salpimentamos y los ponemos en un cazo o utensilio que se pueda meter en el horno, cubierto de aceite de oliva con los dientes de ajo pelados y enteros y la hoja de laurel.

Ahora lo confitaremos en el horno y esto lleva tiempo. A unos 80° unas 4 horas.

Mientras, hacemos un sofrito con la cebolla y el pimiento cortado en brunoise. A fuego suave hasta que esté muy caramelizado. Luego añadimos las setas cortadas muy pequeñas y pochamos el conjunto. Reservamos.

Durante la última hora de confitar la carne, ponemos en otra bandeja los tomates cherry con aceite, sal y un poco de vinagre balsámico. Dejamos que se asen un poco pero que mantengan la forma. Con la temperatura tan baja se mantendrán, pero echarles un ojo y sacarlos antes si fuera necesario.

Una vez que la carne esté confitada y los tomates asados, lo sacamos del horno y reservamos. Subimos el horno a 180°.

Mientras esperamos que coja la temperatura, cortamos 4 piezas de hojaldre circulares. Espolvoreamos con sésamo y tomillo seco y las ponemos en una bandeja de horno entre dos papeles sulfurizados. Ponemos otra bandeja encima para evitar que suba en el horno. Metemos en el horno hasta que estén doraditas. Unos 15 minutos aprox. Id vigilando que no se quemen. Reservamos.

Escurrimos la carne del aceite de confitar y la añadimos al sofrito junto con los ajos. Deshacemos estos últimos que estarán muy tiernos. Añadimos también la mitad de los cherrys cortados por la mitad y calentamos el conjunto.

Para emplatar, ponemos una pirza de hojaldre, luego una capa del sofrito con la carte, otra capa de hojaldre y acabamos con otra de carne.

Espolvoreamos tomillo seco y acompañamos con el resto de tomates.

Yo añadí unos piñones que tenía por la cocina y unas patatas fritas de otra comida que estaba haciendo 😀