El pollo se compró troceado, lo salpimentamos y le ponemos las especias, tomillo y comino. Aparte, ponemos las alcachofas -previamente cortadas- en agua con zumo de limón para que no se oxiden.

Pelamos y fileteamos los ajos, troceamos el pimiento y pelamos y picamos la cebolla, el pimiento nos gusta trocearlo pequeño y dejar algunas tiras, la cebolla irá en brunoise – cortada muy pequeña para que se pierda en el refrito – ya sabemos que existe una controversia en cuanto si el arroz cocinado en paella debe llevar cebolla o no- en casa nos gusta con cebolla.

Ponemos la paella en el fuego, un buen chorreón de aceite de oliva y la mitad de los ajos, cuando apenas empiecen a tomar color echamos el pollo para rehogarlo un ratito, aunque ahora tampoco queremos que se haga del todo, tampoco lo moveremos mucho, solo lo suficiente para darle la vuelta, cuando veamos que empieza a tomar color lo sacamos y reservamos.

Ahora es el turno del refrito, ponemos el resto de los ajos y el pimiento, cuando, lleve un par de minutos incorporamos la cebolla, ponemos sal y cuando empiece a tomar color echamos el tomate, hemos elegido el tomate triturado -esto lo hemos hecho sencillamente pasando el tomate maduro por la batidora- Se deja que se haga el refrito moviendo de cuando en cuando. Aparte ponemos a calentar unos 2, 5 litros de agua.

Cuando el tomate haya perdido todo el agua y el refrito se vea hecho, es cuando podemos incorporar el pollo, ponemos el azafrán en hebra y ahora es cuando queremos que se mezclen todos los sabores, así que removemos insistentemente.
También incorporamos las alcachofas, las escurrimos del agua donde están y dejamos que se sofrían con el resto.

Echamos el arroz y lo rehogamos un poco junto con el refrito antes de echar el agua.
Se vierte el agua, pero solo la mitad, el resto la mantenemos caliente y se irá incorporando poco a poco conforme lo pida el arroz. Si nos gusta, ponemos un poco de colorante.

Espero que la disfrutéis como hicimos nosotros.