Para la base:

Triturar las galletas. Yo las meto en una bolsa y las machaco con un mazo.

Mezclarlas con la cucharada de mantequilla derretida y la leche. Debe quedar consistente.

Poner en un molde aplastando para formar una base sólida. Meter en el frigorífico mientras hacemos el resto de la tarta para que endurezca.

Para la tarta:

Poner las hojas de gelatina en remojo con agua fría.

Calentar 150ml de agua con el azúcar. Retirar del fuego y añadir la gelatina remojada que estará blanda. Mover hasta que se disuelva.

En una vaso batidor poner la mezcla de agua, azúcar y gelatina junto con los yogures y el queso de untar. Batir todo.

Verter en el molde encima de la base de galletas. Refrigerar 1 hora.

Para la mermelada:

En una olla mezclar todos los melocotones troceados, el azúcar y el zumo de limón. Dejarlos macerar 20 minutos.

Poner la olla a fuego fuerte hasta que comience a hervir.

Bajar el fuego. Dejar cocinar una hora a fuego suave.

Batir.

Poner en remojo con agua fría las 3 hojas de gelatina.

Calentar en un cazo 80gr de agua. Retirar.

Disolver la gelatina en el agua caliente. Añadirlo a la mermelada y batir.

Verter en el molde encima de la capa de yogur y queso. Refrigerar 3 horas.

Es importante dejar que la capa de yogur y queso esté cuajada para que no se mezcle al verter la mermelada.

Se puede hacer con otra fruta respetando las cantidades. Con fresas queda muy rica.

Puedes utilizar un bote de mermelada light o la que más te guste si no quieres hacer la mermelada casera.

Es una tarta muy fácil de hacer aunque lenta ya que hay que dejar que cuajen bien las capas.