En primer lugar preparamos los ingredientes. Los ingredientes secos juntos en un bol (harina, levadura, bicarbonato y sal) y la mantequilla a temperatura ambiente (blandita como una crema de manos espesa).

Además también rallamos el chocolate blanco! Si en vuestra casa hace tanto calor como hoy en Valencia, os aconsejo que congeléis el chocolate, y lo ralléis congelado. A mí se me derretía en las manos😂

Ahora ya está todo preparado. Mezclamos en un bol el azúcar con la mantequilla.

Y batimos durante unos 3 minutos hasta que forme una crema.

Añadimos el primer huevo, y batimos 1 minuto para integrar. Seguimos este proceso con cada uno de los huevos, integrándolos de 1 en 1.

Con el último huevo añadimos también la esencia de vainilla. Volvemos a batir hará integrarlo todo.

Ahora incorporamos el bol de ingredientes secos (harina, levadura, bicarbonato y sal) y el chocolate rallado. Removemos, mejor con una espátula, hasta que todo quede integrado. No os preocupéis si parece una mezcla grumosa, esa textura se la da el chocolate rallado.

Finalmente añadimos la leche y removemos hasta que se incorpore.

Este es el aspecto final de la masa! Como os decía antes, parece que tenga grumos, pero son los trocitos de chocolate blanco repartidos por la masa!

La pasamos a un molde (el mío tiene unos 25cm de diámetro) engrasado, y la introducimos en el horno precalentado a 180°C.

Este era el aspecto al sacarla del horno!

Cuando se enfríe lo suficiente, con cuidado la sacamos del molde y la dejamos reposar sobre una rejilla. Y ya está lista para merendar!😋

Espero que os guste!