En primer lugar vamos preparar el relleno de crema. Para ello cascamos los huevos y los pesamos, ya que vamos a necesitar el mismo peso de azúcar para esta elaboración.

Diluimos la maicena un un poco del agua que tenemos preparada y mezclamos en un bol junto con los huevos y el resto del agua. Hay que asegurarse de que no quedan grumos. Por último incorporar al bol el azúcar y mezclar bien.

Llevamos la mezcla en un cazo a fuego suave y vamos a remover constantemente hasta que espese y tenga consistencia de crema. Apartamos e introducimos en una manga pastelera.

Mientras la crema se enfría preparamos el siguiente paso. El almíbar. Este paso es muy sencillo, solo tenemos que poner en un cazo el agua y el azúcar, mismo peso de los dos. Llevamos a ebullición y dejamos que hierva durante 5 minutos. Apartar del fuego y reservar.

Vamos con la plancha de bizcocho. Es súper tierna y delicada.. ya veréis. Separamos las claras de las yemas. Montamos las claras con el azúcar a punto de nieve. Reservamos. En otro bol batimos las yemas con el azúcar, añadimos, la leche, la harina y la maicena tamizadas y seguimos batiendo hasta ver que no quedan grumos.

Ahora tenemos que ir añadiendo a esta mezcla las claras montadas con movimientos suaves y envolventes.

Preparamos una bandeja de horno rectangular. La untamos con un poco de mantequilla par que el papel de hornear se adhiera bien. Luego vertemos la masa y alisamos con una espátula, debe quedar toda la superficie cubierta y uniforme.

Introducimos al horno precalentado a 180 grados, con calor de arriba y abajo y horneamos por espacio de 10 minutos o hasta que los bordes empiecen a dorarse.

Sacamos del horno y ponemos sobre una rejilla, antes de que se enfríe por completo, volcar sobre una hoja de papel de horno y cortar los bordes para igualar el rectángulo de bizcocho.

Con ayuda de un pincel, pintamos toda la superficie con el almíbar.

Untar con una fina capa de la crema reservada. En uno de los extremos largos dejamos sin untar un borde de 1 cm aprox. Espolvorear con canela molida al gusto.

Enrollamos y con ayuda de un cuchillo bien afilado cortamos 6 porciones. Las ponemos de pie y coronamos con más crema de la tenemos en la manga. Espolvorear con azúcar y tostarla con ayuda de un soplete de cocina.

Mantener en la nevera hasta el momento en que lo vayáis a consumir.