Primero se pone una cazuela al fuego y se añade 3-4 cucharadas de aceite de oliva o el que usais habitualmente. Se deja a calentar y luego se añade el pollo troceado y se marca por las dos partes unos 2 minutos a fuego moderado. Luego se saca en un plato y en el mismo aceite se añade los dientes de ajo troceados en láminas. Se les da unas vueltas para que el aceite coja el sabor del ajo. A continuación se añade la cebolla picada en láminas o en dado, según os guste.

Se saltea junto con el ajo 2 minutos a fuego moderado removiendo de vez en cuando. Luego se añaden las demás verduras y se remueven bien. Se añade un poco de sal para que las verduras suden. Se pone una tapa a la cazuela y se deja a saltear unos 10 minutos aproximadamente a fuego medio, removiendo de vez en cuando. Como vais a ver las verduras van a soltar agua y se van hacer en su propio jugo.

Pasados los 10 minutos se le añade un poco de vino blanco o rosado, lo que les va a dar un muy buen sabor. Se añade también la carne de pollo y se remueven bien los ingredientes. Se dejan a cocer hasta que reduce el vino, luego se le añaden las patatas troceadas. Yo las he chascado, es decir que las he roto con el cuchillo porque así van a soltar el almidón y van a espesar un poco la salsa.

A continuación se cubren los ingredientes con agua, se le pone tomillo, orégano, pimienta negra molida, un poco de pimentón dulce y sal. Todo a gusto de cada uno. Se remueve un poco para incorporar las especias y se deja a cocer a fuego moderado durante 30 minutos aproximadamente., o hasta que las patatas y la carne están bien cocidas. He dicho solo las patatas y la carne porque son los ingredientes que más cocción necesitan. Las demás verduras en 10 minutos están listas.