Estiramos la masa de hojaldre y la aplanamos un pelín más con un rodillo. Hacemos unos cortes longitudinales de unos 6 cm. de grosor aproximadamente. Vamos precalentando el horno a 200º C con calor arriba y abajo sin ventilador y, mientras tanto, vamos a ir montando los laguneros.

Derretimos la pasta de guayaba con un poco de agua para que se diluya un poco más en el microondas a intervalos cortos de 15 seg. Una vez derretida, la vamos vertiendo a lo largo de cada tira de hojaldre sin llegar del todo a ambos extremos.

Cuando terminemos, sellamos los extremos comenzando por las puntas y luego por todo lo largo y la cerramos.

La enrollamos como si de una caracola se tratara y las vamos disponiendo, una a una, en una bandeja de horno con papel vegetal (podemos reutilizar el que trae la masa de hojaldre envasada).

Hacemos un almíbar espeso con el azúcar y una o dos cucharadas de agua y bañamos por encima cada una de las caracolas.

Las llevamos al horno a la misma temperatura en la rejilla del medio por unos 15-20 min. y... ¡listo! Dejamos enfriar los rosquetes laguneros mientras nos vamos embriagando del olor que han dejado por toda la casa y vamos preparándonos la bebida caliente para acompañarlos. ¡Buen provecho!

Nota: en Tenerife los podéis encontrar rellenos también de cabello de ángel. Los podéis hacer, si queréis, con ese relleno. quedan igual de deliciosos.