Rosquillas de Semana Santa “sin gluten”

Preparamos todos los ingredientes. En un bol ponemos la harina, levadura y gasificante, mezclar todo muy bien, reservar. En un bol ponemos los huevos, el azúcar y mezclar

Añadir el aceite, anís, zumo de naranja, la leche y mezclar, añadir la ralladura de naranja y limón y mezclar bien. Incorporar la harina de poca en poca cantidad. Nos quedará una masa compacta y pegajosa.

Esta es la textura que vamos a obtener (luego nos pondremos aceite en las manos y la trabajaremos muy bien). No añadan más harina o los roscos quedarán duros. Tapar con film transparente y la vamos a dejar reposar 15’

Vamos a formar los roscos: en la mesa de trabajo vamos a poner un bol con aceite de oliva, un peso, una bandeja grande y la masa. Nos untamos aceite en las manos, cogemos una porción de masa que pese 25 gr. redondeamos bien y ponemos en la bandeja, así haremos con toda la masa.

Cogemos una bola, la ponemos en la palma de la mano, cogemos otra bola y la ponemos encima de la primera, aplastamos levemente con la otra palma de la mano, con el dedo hacemos un agujero central y ya tenemos formada una rosquilla

Así haremos con todas las bolas de masa.

En una sartén ponemos abundante aceite de girasol, cuando esté caliente añadir cáscara de naranja y de limón (generosamente). Cuando el aceite esté caliente añadimos las cáscaras y las dejamos cocinar hasta que estén doradas, retirar del fuego, sacar las cáscaras y vamos a dejar que el aceite se enfríe un poco.

De 9 números que tengo en la vitrocerámica vamos a freír las rosquillas en el número 6. Poner tus quillas en el aceite y vamos a darles vueltas hasta que doren bien por ambas partes (no pongan el fuego alto o se quedarán crudas por dentro)

Sacar del aceite y poner sobre papel absorbente (el olor de nuestra es tremendo!). Vamos a dejar enfriar por completo.

Tal cual, rebozadas en azúcar están riquísimas! En mi caso las voy a bañar en un almíbar de anís y para ello necesitamos: 350 ml agua, 150 gr. azúcar, piel de naranja y de limón, 50 ml anís dulce. Ponemos todos los ingredientes en cazo, cuando empiece a cocer contamos 5’ y retiramos del fuego. Dejar templar, no puede estar caliente, pero tampoco frío, lo necesitamos templado,

Retirar las cáscaras del almíbar, coger una rosquilla, sumergirla bien en el almíbar, dejar que escurra y poner sobre azúcar, rebozar muy bien. Así haremos con todas las rosquillas

El resultado es maravilloso! (no me ha quedado más remedio que probarlas y están tremendas!)

Una verdadera delicia para el paladar!

Sencillamente extraordinarias!