Pelamos las patatas, y las cortamos en rodajas no muy gruesas, como de dos milímetros. Ponemos una sartén con un poco de aceite de oliva y vamos pasando las rodajas por ella. El objetivo no es freír la patata sino endurecerle un poco la cara exterior para luego darles un golpe de horno y que no se rompan.

Lavamos y cortamos el calabacín también en rodajas, y procedemos igual que con la patata pasándolo por la sartén (con muy poco aceite) para que ablande un poco.

El queso de oveja (o cualquier otro que tenga sabor), lo cortamos en lascas más o menos gruesas.

Una vez que tenemos los tres ingredientes preparados, con ayuda de un molde vamos montando las milhojas. Poniendo una capa de patata, otra de calabacín y otra de queso, hasta alcanzar una altura razonable. Finalizando con una capa de patata.

Sin quitarlo de los moldes, lo introducimos en el horno, precalentado a 180º y lo dejamos durante unos 20 minutos. Para darlo un tomo brillante lo pulverizamos con aceite de oliva.

Una vez finalizado el tiempo lo desmoldamos y servimos caliente, dándole un golpecito con un poco de pimienta negra molida (esto al gusto de cada uno). Espero que os guste.