Preparamos los ingredientes y ponemos el agua a hervir, yo lo hago en un hervidor porque tarda unos 10 segundos, pero lo podéis hacer un un cazo al fuego. Según rompa a hervir, apagamos.

Echamos el coco en un bol y agregamos la mitad del agua. Removemos y tapamos con un film transparente para conservar el calor y ayudar a que el coco se hidrate y suelte su aceite natural. (el aceite es sólido a 21°, de ahí que pongamos el agua hirviendo)

Quitamos el film, removemos con una cuchara y pasamos a un vaso batidor. Batimos bien y cuando esté espeso casi seco, agregamos la otra mitad del agua y seguimos batiendo por 5 min más.

Pasamos poco a poco la mezcla a una bolsa de tela para filtrar la leche. Yo uso de cáñamo, pero podéis usar bolsa de algodón, muselina o nylon.

Así de fácil obtendremos 350 ml de leche de coco.

Por otro lado, la pulpa la extendemos sobre una bandeja de horno cubierta por papel vegetal y metemos al horno a 100° durante 1 hora.

Al sacarlo estará seco y lo podremos utilizar tal cual, ó, como yo suelo hacer, lo pulverizo con un molinillo de café y así hacer harina de coco.

Cómo veis queda súper finita. Yo la guardo en un bote y la uso para múltiples recetas.