Pelamos, lavamos y cortamos las patatas en rodajas de 1 cm de grosor. Salamos y pasamos por harina sacudiendo el sobrante, ponemos las rodajas en una fuente donde reposarán 5 minutos.

Batimos dos huevos y embadurnamos las patatas, que permanezcan en el huevo 5 minutos.

Ponemos un dedo de aceite en una sartén amplia para freír las patatas a fuego muy suave 4 minutos por cada cara. Reservar sobre papel absorbente

Mientras se van friendo las patatas, aprovechamos para ir haciendo la salsa. Sofreímos en una sartén amplia los dientes de ajo picados, sin que lleguen a tomar color añadimos la cebolla troceada, que poche con una pizca de sal, agregamos media morcilla pelada en trozos, que iremos deshaciendo para que se integre en el sofrito, el jengibre rallado y el botellín de cerveza. Dejamos que evapore el alcohol y reduzca a la mitad.

Incorporamos el caldo y que reduzca 10 minutos. Añadimos las patatas rebozadas y la pizca de nuez moscada. Tiene que cocer el conjunto a fuego muy suave por unos 25 minutos, tapado y sin remover.

5 minutos de reposo y espolvoreamos con perejil o cebollino picado.

En el momento de servir, cortamos la mitad de la morcilla sobrante en rodajas y las sofreímos en aceite a fuego alto. Ponemos una rodaja coronando cada plato.