Comenzamos poniendo a hervir las patatas para el puré durante 45 minutos para que queden bien blanditas (yo las pelo para el puré pero se pueden pelar después).

PARA EL RELLENO: cuando las patatas lleven 20 minutos cociendo, añadimos las zanahorias peladas a la misma olla para que se cuezan junto con las patatas.

Picamos en daditos la cebolla, los pimientos y los dientes de ajo y sofreímos en una sartén grande o una cacerola durante unos 15 minutos a fuego medio. Primero ponemos los ajos y cuando estén dorados añadimos el resto de verduras con un poquito de sal. Antes del siguiente paso hemos tenido que añadir las zanahorias ya cocidas (no tienen que estar blandas del todo).

Removemos bien y seguimos cocinando con el fuego un poco más fuerte, hasta que la carne esté medio hecha.

Añadimos el vino blanco hasta cubrir la carne por completo y cocinamos hasta que el vino se evapore.

PARA EL PURÉ: Cuando las patatas estén blanditas, las pasamos por un pasapuré o las machacamos bien. Vamos añadiendo los quesitos que queramos y la leche calentita mezclada con la mantequilla derretida (opcional la mantequilla) hasta tener la consistencia deseada (para este plato prefiero que el puré no se deshaga demasiado así que pongo poca leche).

PARA HORNEAR: precalentamos el horno a unos 180ºC y colocamos nuestro pastel en el centro del horno con el modo de ventilador hasta que el queso se gratine bien (durante unos 10-15 min).

SI QUERÉIS GANAR TIEMPO:
- Podéis comprar bechamel ya hecha.
- Podéis usar rodajas de patata cocida directamente sin necesidad de hacer puré, aunque el resultado será algo diferente.