En una cazuela amplia que quepan las alcachofas ponemos abundante cantidad de aceite para que las cubra junto con las hierbas, la pimienta y los ajos. Si encender el fuego aún.

Limpiamos las alcachofas enteras sin cortarlas y las vamos incorporando a la cazuela sumergiéndolas en el aceite.

Tapamos la cazuela encendemos el fuego al mínimo y dejamos que se vayan confitando suavemente. No debe pasar de 80°. Yo las tuve 1 hora y 30 minutos aproximadamente.

Después se saca la cazuela del fuego y se deja enfriar totalmente.

Una vez frías las ponemos en un recipiente más pequeño, las cubrimos con el aceite y tapamos. Guardamos en la nevera hasta su uso. Yo las hice con 3 días de antelación y aguantaron sin problema.

Para hacer la receta las sacamos y escurrimos bien mientras hacemos el relleno.

En un cazo ponemos la carne de las carrilleras junto con el fondo y el vino y dejamos cocer unos 10 minutos removiendo para que se desmenuce la carne.

Sacamos la carne a un vaso de turmix con 1 c.s. del líquido y trituramos hasta formar una pasta. Salpimentamos al gusto.

Ponemos las alcachofas en una bandeja apta para el horno y rellenamos con la pasta de la carne de las carrilleras.

Regeneramos el horno despacio.

Mientras el líquido sobrante de las carrilleras lo reducimos a fuego fuerte hasta que espese. (Si queréis podéis ayudaros añadiendo harina de maíz diluida en agua fría).

Una vez las alcachofas estén calientes las pasamos a un plato y napamos con la salsa reducida.

Espolvoreamos perejil picado.