En primer lugar, lavamos bien bajo el grifo y dejamos escurrir todo el agua.

En segundo lugar, le damos un corte en forma de cruz y no muy profundos.

Seguiguidamente, los ponemos en un barreño con agua, una cucharilla de sal fina y dejamos que suelten el amargor removiendo de vez en cuando.

Mientras tanto, ponemos la olla en el fuego con los tres litros de agua, la cucharilla de sal gruesa en roca, tapamos y dejamos hasta que hierva.

Cuando rompa a hervir, destapamos la olla.

Añadimos las berenjenas baby.

Tapamos la olla, bajamos el fuego y dejamos cocer unos nueve minutos.

Mientras tanto en un mortero, ponemos el perejil picado, el cilantro picado, sal fina marina y los cinco dientes de ajos laminados.

Majamos bien durante un par de minutos, hasta que quede todo bien machacado.

Como hemos perdido tiempo picando el perejil, el cilantro y laminado los ajos, ya deberian estar cocidas las berenjenas, retiramos y dejamos escurrir en un colador todo el agua de la cocción.

Aquí os dejo el tipo de cucharilla que es, para que os hagáis una idea para las medidas exactas de las especias. Esta es de las de café pequeña del todo.

A continuación, añadimos las especias, el Chile en aceite de oliva y el tomillo menos el orégano.

A continuación, cogemos el mango del mortero y marchamos el chile y todo junto de nuevo.

A continuación, añadimos el orégano. He añadido ahora el orégano, porque quiero que se note más el sabor que los demás ingredientes.

A continuaciones, le añadimos el aceite de oliva virgen extra y el vinagre blanco.

Ligamos bien con el mango del mortero, hasta que esté perfectamente omogenio el majado.

A continuación, ponemos un cazo pequeño con los 250 ml, de agua y cuarto hierva.

Se lo añadimos al majado y volvemos a ligar de nuevo con el mango, hasta que quede bien ligado todo.

Cogemos una fuente grande honda, colocamos las berenjenas de forma que nos quepen todas.

Por último, le volcamos el majado caliente por encima, tapamos con film y dejamos que se enfríe un poco. Una vez frío, lo guardamos en el frigorífico y lo dejamos un mínimo de dos días antes de consumir, para que absorban todos las aromas del majado. Como no están todas cubiertas, al día siguiente le damos la vuelta a las de arriba, para que absorban también por esta parte y listo.