Lo primero que vamos a hacer es cubrir nuestro molde con el caramelo líquido, para ello yo me ayudo de un pincel, lo cubriremos no solamente por el fondo sino por todas las paredes, puedes usar el molde que más te guste porque este pastel de adapta.

Luego separamos las claras de las yemas, las yemas las puedes guardar para otra elaboración. Las claras las vamos o poner en un bol amplio para proceder a montarlas con ayuda de unas varillas. Tendremos que dejarlas a punto de nieve. Sabemos que están a punto de nieve cuando podemos darle la vuelta al bol y no se nos caen.

Cuando las tengamos a punto de nieve vamos a ir agregando el azúcar poco a poco y seguiremos batiendo para que se integre por completo.

Ahora pondremos toda la mezcla en el molde que teníamos reservado con el caramelo. Lo cubrimos con las claras montadas aplastando un poco para evitar las zonas de aire y aplanamos la parte de arriba, para conseguir que la superficie sea lo más lisa posible, pero siempre con mucho cuidado para que no se bajen.

Pondremos agua caliente en la bandeja del horno y llevaremos nuestro pastel con el horno precalentado a 160º con calor arriba y abajo SIN VENTILADOR y lo tendremos durante 35 o 40 minutos. Verás que el pastel va a crecer, no te preocupes que es normal, cuando esté doradito apagamos el horno y dejamos 10 minutos más dentro, en este tiempo el pastel comenzará a bajar.