Ponemos un cazo con medio litro de agua más o menos e hidratamos las ciruelas y orejones, estarán hirviendo unos 15 minutos.

Ponemos los orejones y ciruelas, los que sobren los reservamos y cerramos la carne atándola -lo que se denomina bridar-

Cuando tengamos la carne bien atada salpimentamos y la sellamos en una sartén amplia. Podríamos sellar la carne en la misma olla pero nuestro solomillo era grande y no queremos doblarlo, una vez que selle reducirá y ya entrará bien en la olla, cuando esté sellado habrá perdido volumen, ahora se reserva.

Agregamos el vino y cuando evapore el alcohol incorporamos el solomillo, las hierbas –tomillo, perejil y laurel- con las que haremos un atadillo, echamos los orejones porque es posible que con la cocción que han tenido aún estén un poco duros –las ciruelas las reservamos- también echamos el caldo de cocer las ciruelas y orejones para terminar cubriendo con caldo de carne.

Cuando empiece a hervir cerramos la olla y bajamos el fuego a 7 de 9. Estará unos 35 minutos.

Cuando haya pasado el tiempo de la carne, apagamos el fuego y apartamos la olla, cuando se pueda abrir sacamos la carne dejándola en una fuente.

Pasamos la batidora a lo que queda en la olla, pero si vemos que tiene mucho caldo reiramos un poco, la cantidad de caldo hará más o menos espesa la salsa, esto va al gusto de cada cual. Devolvemos la carne a la olla y las ciruelas, dejamos que se caliente y ya podemos servirlo.

Este tipo de rellenos se cortan mejor cuando la carne está fría, pero fría no queremos tomarla, lo mejor es hacer medallones gruesos cortando muy despacito con un cuchillo bien afilado.

Espero que lo disfrutéis.