Vertemos la leche junto con el azúcar, la leche y la canela en un bol apto para el microondas.

Como queremos que los aromas se concentren en la leche, taparemos con un plato o una tapadera.

Calentamos el conjunto unos tres minutos y retiraremos.

Destapamos (cuidado con el vapor) y removemos bien para disolver completamente el azúcar.

Dejamos reposando unos 10 minutos bien tapadito otra vez. Queremos una leche bien aromatizada y templadita.

Mientras templa la leche vertemos en otro bol la nata junto con las tres yemas y la maicena.

Removemos bien para que nos quede una mezcla homogénea.

Cuando nuestra leche este templada (cuando tenga una temperatura que no cuaje los huevos) la vertemos al bol de la mezcla de nata. Nos ayudaremos de un colador para evitar las pieles de manzana y canela.

Removemos bien y volvemos a colar la mezcla por si hubiera posibles restos de huevo cuajado.

De nuevo al microondas (no olvidéis que el bol tiene que ser apto) y dejamos cocer 2 minutos a máxima potencia. Retiramos y removemos bien.

Vuelta al microondas dos minutos más. Retiramos y removemos bien. Aquí, si vuestro microondas es potente, la crema ya tendrá consistencia. Si es así pasad directamente al paso 13

Nuestra crema empieza a espesar. La volvemos de nuevo al micro pero esta vez vamos a cocerla de minuto en minuto. Iremos removiendo cada vez hasta que esté espesita. Yo necesité 2 minutos más.

Traspasamos la crema a los recipientes elegidos y tapamos a piel con papel film para evitar que se forme una costra. Dejamos enfriar y acto seguido directos a la nevera donde acabaran de cuajar completamente.

Ya solo queda retirarles el papel film y decorarlas con azúcar. El modo tradicional es cubrir la superficie de la crema con azúcar y quemarla con un soplete. Si no tenéis soplete, calentad el dorso de una cuchara e ir pasándola por encima hasta caramelizar el azúcar. ¡Buen provecho!