En una olla o sartén honda ponemos a dorar el ajo con un chorrito de aceite de oliva. Cuando estén dorados los sacamos y reservamos en un mortero. A continuación, en ese aceite, ponemos el solomillo y lo marcamos bien por todas sus caras. Una vez listo, reservamos.

Mientras se marca la carne, cortamos la cebolla y el tomate. Yo lo pelé antes. También majamos el perejil con el ajo en el mortero. Cuando hayamos retirado la carne pochamos la cebolla con pizca de sal para que llore y cuando esté transparente sumamos el tomate. Dejamos que el tomate llore todo su jugo y que se rehogue todo a fuego medio.

Antes de volver a meter la carne, añadimos el majao y damos un par de vueltas. Añadimos la carne y echamos el culín de Pedro Ximénez (es lo que me quedaba). Dejamos que evapore el alcohol.

A continuación, seguimos con el medio vaso de vino blanco. Subimos el fuego para que evapore el alcohol y cuando lo haya hecho volvemos a bajarlo a fuego medio y echamos el medio vaso de agua y dejamos que cocine entre 5-10 minutos. Hasta que la carne esté por dentro como queramos (yo puse 7 y está al punto). Por último, podemos pasar la salsa con la batidora. ¡Espero que os guste!