Conejo al ajillo

Salpimentamos la carne y ponemos un poco del limón exprimido encima y lo dejamos reposando hasta que lo cocinemos.

Pelamos los dientes de ajo. Los laminamos finamente.

En una cazuela ancha y plana, vertemos el aceite de oliva virgen extra y los ajos (y la guindilla si optamos por incorporarla) y calentamos a fuego medio.

Queremos que los ajos se vayan tostando poco a poco, soltando todo su sabor al aceite pero sin que se quemen.
Tras 5-6 minutos podemos retirar los dientes de ajo, que reservamos para más adelante. Ya tememos el aceite aromatizado.

Subimos ahora el fuego y en cuanto el aceite esté caliente comenzamos a freír el conejo. Cocinamos hasta que vemos que están bien doraditos los trozos de carne.

Vertemos ahora el vino y dejamos que cueza para que se vaya evaporando el alcohol. Pasados 5 minutos se habrá formado una salsa entre el aceite, el vino y los jugos que fue soltando el conejo.

Incorporamos de nuevo los dientes de ajo que teníamos reservamos y opcionalmente podemos añadir alguna hierba fresca aromática.

Tapamos y cocinamos a fuego medio durante 20 minutos.

Mientras tanto, freímos las patatas cortadas a nuestro gusto en abundante aceite de oliva para acompañar de guarnición.

Espolvoreamos a la hora de emplatar con orégano o perejil picado.