Ponemos el horno a precalentar a 170 grados, dejamos dentro del horno para que se caliente también una bandeja amplia con agua suficiente para que cubra la mitad del molde de nuestra tarta.
Trituramos las galletas dejando también la crema hasta reducirlas a polvo, fundimos un poco la mantequilla y la mezclamos con la galleta hasta formar una pasta, preparamos un molde de 22 cm de diámetro desmoldable con papel de hornear en el fondo y vertemos la masa de galletas la acoplamos bien por el fondo y reservamos en la nevera.

Separamos las yemas de las claras y estas ultimas las montamos con una pizca de sal a punto de nieve, las yemas las batimos con unas varillas manuales y le añadimos el azúcar, seguimos batiendo hasta que el azúcar este bastante disuelto, añadimos el licor de menta (lo podemos sustituir por jarabe de menta especial para cócteles, cuidado !El de la tos no nos sirve ¡) seguimos batiendo un poco mas y añadimos la maicena seguimos batiendo hasta que no queden ningún grumo, incorporamos el queso y batimos hasta que se vea una masa lisa y homogénea, le añadimos el colorante hasta que adquiera el color que nos guste, vamos incorporando las claras montadas poco a poco y con movimientos envolventes,

vertemos la mitad de la masa en el molde y rociamos las perlitas de chocolate para intentar que se queden por el centro, repartimos por encima el resto de la masa y alisamos la superficie, yo os aconsejo que si tenéis un molde de silicona en el que quepa el molde desmoldable lo utilicéis así no entrara agua y no se estropeara nuestra base de galletas, también podéis utilizar un molde de aluminio desechable pues se puede cortar para extraen la tarta, que el molde no sea un inconveniente para preparar esta riquísima tarta.

Horneamos a baño María a 170 grados de 40 a 50 minutos (comprobando siempre con un palillo la cocción, una vez sacamos del horno dejamos dentro del baño maría unos 20 minutos luego sacaremos del agua y dejamos enfriar dentro del molde por completo, una vez frío lo pasamos a la nevera al menos 6 horas o mejor de un día para el otro.

Preparamos el ganache, ponemos a calentar la nata hasta que comience a hervir, la vertemos sobre el chocolate troceado y removemos hasta que este bien ligado, dejamos atemperar unos minutos mientras desmoldamos la tarta, ponemos la tarta sobre una superficie de cartón para que nos sirva de soporte y dejamos la tarta encima de una rejilla, vertemos la ganache sobre la tarta y la extendemos desde el centro hacia las orillas para que caiga sin que la cubra los laterales por completo, dejamos cuajar un rato en la nevera y decoramos con la nata montada y las perlitas de chocolate a nuestro gusto, la pasamos a la bandeja de servir y a disfrutar. Probadlo os va a encantar.