En un bol agrega todos los ingredientes. Mezcla con una cuchara de madera hasta que consigues una masa arenosa. Llévala a la mesa y amasa unos 10 minutos hasta conseguir una masa quebradiza pero que sea homogénea y lisa. No hace falta añadir harina.

Reparte la masa en bolitas de unos 50-55 gr aproximadamente y colócalas en las flaneras engrasadas. Aplasta cada bolitas para rellenar bien todos los huecos y formar las cestitas. Hornea a 200° durante 15-20 minutos hasta que se doren ligeramente.

Prepara la crema de limón. Pon un cazo con un dedo de agua a hervir y coloca el cuenco encima para cocinar al baño María. Casca los huevos, mézclalos con el azúcar y la vainilla y añade el zumo de los limones. Remueve continuamente. Vas a ver como se vuelve muy líquido al principio y con una espumita blanca, sigue removiendo unos 7 minutos aproximadamente y vas a ver como la espuma va desapareciendo y como va espesando. Retira del fuego y añade la ralladura de limón y la mantequilla.

Prepara el merengue: en una olla pequeña pon el azúcar con el agua y calienta. Vas a ver como se vuelve translúcida ya que el azúcar se va derritiendo. Cuando empieza a burbujear retira del fuego. En un cuenco monta un poco las claras con una pizca de sal y luego ve añadiendo el almíbar en hilo integrándolo bien. Sube la velocidad del robot y cuando has acabado de añadir el almíbar sigue batiendo hasta que vez que tienes una clara muy brillante que hace picos.

Deja que se templen en los moldes y luego con mucho cuidado desmolda (son muy quebradizas). Rellena cada base con la crema aún templada. Decora con el merengue y hornea a 220° en modo gratinado durante 5 minutos como máximo.

Cuando el merengue tiene un ligero color tostado están listas. Déjalas enfriar en la bandeja. Buen provecho!