Necesitamos un molde desmontable de unos 18-22 cm. Para este tipo de tartas yo empleo un aro de metal que me permite montarlas directamente en el plato que las voy a consumir y desmoldarlas fácilmente.

Primero realizamos la base. Un clásico: Triturar las galletas. Derretir la mantequilla en el microondas y mezclar ambas cosas hasta que queden integrados.

En este caso hemos empleado bastantes galletas porque no solo hemos usado la mezcla para la base, sino que hemos subido y cubierto las paredes del molde.

Una vez prensada la mezcla con una cuchara y depositada en el molde a nuestro gusto, la dejamos reposar en el frigorífico mientras hacemos la crema.

Para la crema: Colocamos la leche al fuego. Cuando hierva bajamos al mínimo y agregamos la nata, el azúcar y la gelatina, removemos para mezclar todo e incorporamos el queso. Siempre sin dejar de remover para que todo quede bien integrado.

Depositamos la mezcla en nuestro molde y dejamos en el frigorífico 24 horas.