Lavamos los puerros y los cortamos para quedarnos con la parte blanca. Quitamos la primera capa y los cortamos por la mitad.

Envasamos los puerros al vacío con un poco de aceite de oliva. TRUCO: podemos congelar aceite de oliva en una cubitera de hielo para que sea más fácil envasarlo al vacío. Con un cubito es suficiente.
No es imprescindible envasar los puerros al vacío, pero a la hora de hervirlos, se van cocinando en su propio jugo y quedan con mucho más sabor.

Cocinamos los puerros en agua a 99°C durante 50 minutos.

Mientras podemos ir tostando los piñones: ponemos en un plato los piñones junto con unas gotas de aceite y mezclamos. A continuación los metemos en el microondas a máxima potencia en intervalos de un par de minutos. Los sacamos, los movemos un poco y los volvemos a meter. Repetimos los pasos hasta que al sacarlos tengan un bonito color dorado

Pasado el tiempo abrimos la bolsa de los puerros. Guardamos el juguito sabroso para añadirlo luego al plato.

Secamos los puerros con papel de cocina mientras ponemos a calentar una sartén a fuego fuerte.

Doramos los puerros y los servimos en un plato. Colocamos una cucharada de burrata encima y dejamos caer unos cuantos piñones tostados por encima.

Rociamos por encima el jugo de la cocción y listo.