La masa de arranque. Templar la leche y deshacer la levadura en ella. Mezcla en un bol, con el resto de los ingredientes y formar una bola y taparlo, dejarlo a reposar 12 horas, yo lo suelo hacer por la noche para al día siguiente. O tenéis otra opción para que fermente más rápido. En un bol más grande, poner con agua templada y meter el bol de la masa de arranque dentro. Dejarlo aproximadamente unos 30 minutos, estará lista para utilizar con la masa principal.

La masa principal. Mezcla la levadura desmenuzada con la leche tibia para su fermentación.

Tamizar la harina en un bol con la ayuda de un colador.

Una vez tamizada, añadir los huevos, el azúcar y la mantequilla, una pizca de sal y el agua de azahar, junto con la ralladura de naraja y la ralladura de limón, el zumo de naranja, el ron y la masa de arranque y la leche con la levadura.

Mezclar todo de una manera energica. Si tenéis una batidora con ganchos para amasar os vendra muy bien; Si no, a mano. Poner la masa sobre la mesa de trabajo, en la que previamente hemos puesto un poco de aceite para evitar que se nos peque. Comenzamos amasar con las manos aceitadas.

Cuando haya quedado la mezcla elastica, hacer una bola y dejar que aumente su tamaño, 2 horas como mínimo.

Una vez que la masa ha duplicado su volumen, dividirla en dos y darle forma de roscón, para ello, introducir los dedos en el dentro e ir agrandando el aguejero. Dejar reposar 2 hora más hasta que doble su volumen.

Pintar con el huevo batido, muy suavemente, sin pinchar el roscón, y adornar con las frutas confitadas y el azúcar humedecido y las almendras.

Precalentar el horno a 200 grados calor arriba y abajo. Hornear entre 15 minutos, y bajar la temperatura a 180ºC los últimos 10 minutos de cocción, si vemos que se tuesta demasiado, poner un papel de aluminio por encima.

Dejar reposar sobre una rejilla, y cuando este frío, rellenar a vuestro gusto, yo lo he rellenado de nata y trufa.