Bizcocho de mermelada de fresas

Ptega
Ptega @ptega
Santander

Vamos con un bizcocho ideal para la merienda o el desayuno. Perfecto para aprovechar esa mermelada que tenemos en casa y que no acabamos de darle salida. Este bizcocho se caracteriza por ser muy esponjoso y el olor que desprende. En casa no aguantamos a que terminara de enfriar del todo.

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Ingredientes

60 min
8 raciones
  1. 2huevos
  2. 125 gazúcar
  3. 125 mlaceite de girasol
  4. 125 gmermelada de fresa
  5. 225 gharina de repostería
  6. 1 cucharadalevadura química
  7. 50 mlleche entera
  8. Mantequilla para engrasar el molde

Paso a paso

60 min
  1. 1

    Como siempre agrupamos todos los ingredientes. Engrasamos el molde que vayamos a usar con mantequilla y ponemos a precalentar el horno con calor arriba y abajo a 190 grados.

  2. 2

    En un bol amplio echamos los huevos y el azúcar con ayuda de unas varillas eléctricas vamos a batir bien todo a máxima potencia durante unos 5 minutos, hasta que aumente su volumen. Agregamos el aceite poco a poco, mientras seguimos batiendo pero a velocidad baja. Añadimos la mermelada y volvemos a batir.

  3. 3

    Incorporamos la harina y la levadura tamizadas y mezclamos bien con una espátula, poco a poco iremos viendo que la masa nos queda espesa. Vamos añadiendo la leche poquito a poco y seguimos mezclando hasta obtener una masa bastante espesa pero que resbala de la espátula.

  4. 4

    Vertemos la mezcla en el molde que habíamos engrasado y llevamos al horno. Dejamos que se haga entre 30-40 minutos o hasta que al pinchar con un palillo esté salga limpio.

  5. 5

    Cuando el bizcocho esté lo sacamos del horno y dejamos templar antes de desmoldar.

  6. 6

    Ya tenemos nuestro bizcocho, por cierto si no aguantáis hasta que enfríe, os comento templadito está muy rico. Espero que os guste!!

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Caricatura gris dibujada a mano de una cámara y una sartén con estrellas saliendo de la sartén

Escrita por

Ptega
Ptega @ptega
Santander
He de confesar, que nunca me había gustado la cocina, es más de chiquitilla solía huir de ella y casi lloraba cuando los Reyes me traían una cocinita. Es más hasta que me casé sólo entraba en la cocina por necesidad, por pura subsistencia, había que comer y de platos precocinados y carnes o pescados a la plancha no pasaba.Tras casarme, empecé a curiosear por Internet y a intentar elaborar las recetas que encontraba, a veces con más acierto y otras con menos y en ese tiempo descubrí que la cocina me relaja, que me gusta probar cosas nuevas, aunque a veces con las prisas acabamos con el sota, caballo y rey.Ahora os cuento un poquito de mi, soy, como dice una amiga, una viejoven. Me gusta pasar el tiempo con la gente que quiero, ansío cada año que llegue el 15 de mayo para volver al pueblo de mi infancia y reencontrarme con esos amigos que no necesitas ver a menudo para saber que han sido, son y serán las personas que con un gesto borran todas las tristezas.
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