Ponemos a cocer la pasta según las indicaciones. Cuando acabe, escurrir aunque no del todo. Dejar un poco de agua vendrá bien para más adelante, que la pasta no quede tan pegada con la mezcla. Reservamos.

Mientras se hace la pasta, también limpiamos la verdura y cocinamos con la carne. Picamos bien todo y pochamos con aceite de oliva y pizca de sal. Cuando la verdura esté blandita, añadimos la carne y especiamos al gusto. Por último, añadimos el tomate y mezclamos bien. Reservamos.

Para la bechamel ponemos la mantequilla a derretir a fuego suave. Una vez derretida añadimos la harina y tostamos bien. A continuación, y aún con el fuego suave, echamos leche poco a poco. Tenemos que conseguir una consistencia ligera. Removemos bien para que no queden grumos.

Para poner el punto especial echamos un quesito de triángulo y movemos hasta que se deshaga. Después, las cucharadas de tomate y por último rectificamos de sal y ponemos punto de nuez moscada.

Ahora toca mezclar la pasta con el caldito que tenía con la bechamel. Usaremos una fuente de cristal para colocar la primera base de la falsa lasaña.

Tras los espaguetis, ponemos la carne, otra vez espaguetis y de nuevo carne. Depende de si seguís estas cantidades podréis poner una capa más o no. En mi caso se quedó arriba la carne. Hecho esto, metemos al horno. Lo ideal sería poner queso arriba para gratinar, pero no tenía queso sin lactosa en la nevera para este uso. En el horno lo rematamos durante 10-15 minutos.

Último paso y muy importante: servir y disfrutar.