Preparamos todos los ingredientes

Molde a usar, redondo, 24 cm. de diámetro x 10 cm. alto. Precalentamos el horno a 180 grados calor arriba y abajo, lo preparamos para hacer un baño maria. Vamos a hacer un agujero central en cada rodaja de piña, reservar.

En un cazo ponemos el azúcar, calentar a fuego medio, cuando el azúcar se ponga dorada, añadimos el agua de poca en poca cantidad, remover cada vez que ponemos agua. Poner el caramelo en el molde y repartirlo bien en la base y el contorno.

Con el caramelo caliente vamos a colocar rodajas de piña encima, así se quedarán pegadas. Dejar que se enfríe por completo el caramelo. En un bol ponemos los huevos batir muy bien hasta que duplique su volumen, añadir el azúcar y seguir batiendo

Incorporar la mantequilla, derretida y fría y batir muy bien. Añadir la harina con la levadura previamente tamizadas de poca en poca cantidad, alternar con las dos cucharadas de leche (si ven que les queda muy espesa pongan otra cucharada de leche, en mi caso no lo ha necesitado)

Cortar en trocitos dos rodajas de piña y añadirlo a la masa, mezclar muy bien, poner en el molde preparado. Colocar el molde sobre una bandeja y añadir agua hirviendo hasta la mitad del molde

Meter en el horno durante 55 minutos, si ven que la superficie se pone muy dorada, tapar con papel de aluminio. Pinchar con aguja el centro del pastel para comprobar que está bien cocido. Pasado el tiempo este su aspecto. Sacar del horno e inmediatamente con un cuchillo separamos el pastel del contorno del molde. Dejar enfriar durante 10 minutos.

Pasados los 10 minutos voltear el pastel e inmediatamente caerá sobre el plato